“Hoy Jueves Santo, día en el que Cristo nos amó hasta el extremo (cf. Jn 13, 1), hacemos memoria del día feliz de la Institución del sacerdocio y del de nuestra propia ordenación sacerdotal. El Señor nos ha ungido en Cristo el óleo de alegría y esta unción nos invita a recibir y hacernos cargo de este gran regalo: la alegría, el gozo sacerdotal. La alegría del sacerdote es un bien precioso no sólo para él sino también para todo el pueblo fiel de Dios: ese pueblo fiel del cual es llamado el sacerdote para ser ungido y al que es enviado para ungir (Francisco, Abril 17 de 2014).
Hermanos sacerdotes: Doy gracias a Dios por el don del sacerdocio de todos ustedes y le pido que el don de la alegría sacerdotal permanezca en ustedes siempre y el gozo de Jesús sea en ustedes colmado. FELICITACIONES.
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