Por: Yulibeth Quintana
Es común encontrarse en estas tierras caribeñas a jóvenes talentosos con una guitarra acústica en mano, mostrando su talento y habilidad musical. Lo particular es verlos resonar las cuerdas de este instrumento insistentemente y escuchar sus melodías repitiendo las escalas y cometiendo errores para corregirlos por sus propios medios con tal disciplina y sin ninguna instrucción formal. 
Arturo López y Cristian Tesillo, son dos jóvenes talentos autodidactas samarios, a quienes la curiosidad, las ganas, el hambre de aprender y su pasión por la música los ha llevado a incursionar años en el arte de tocar guitarra, sin la ayuda de terceros profesionales. Sino a través de tutoriales por internet, donde haciendo las veces de maestro y alumno desarrollaron habilidades de concentración y aprendieron las técnicas de este oficio musical.
Sus inicios vienen de familia. Empezaron en la niñez y al oído, cuando Arturo escuchaba a su madre cantar en el coro, y Cristian recibió de parte de su padre una guitarra, con la intensión de que él y sus hermanos practicaran este arte.
Son sus padres su motivación y, a ellos se les atribuye el deseo que corre por sus venas de explorar sonidos, variar las formas de reproducir canciones y hacer presión con sus dedos sobre las seis cuerdas de este instrumento; con ritmos propios y otros de rock, blue, jazz, canciones de Kiss, Pantera y diversos cantantes de músicas clásicas.
Todo ese talento lo tienen al servicio de los niños, jóvenes y adultos, que forman parte de los procesos sociales de la Fundación Social Voces, los días sábados se reúnen en las instalaciones de la biblioteca Oswaldo Herrera ubicada en la Parroquia del barrio La Paz como voluntarios y enseñar las habilidades instrumentales adquiridas.
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