Santa Marta se ha convertido en “La Ciudad de las Mandarinas”, la perla de América es protagonista de múltiples ventas y compras de mandarinas en las principales avenidas de la ciudad, dentro de éstas se destacan la avenida del libertador, ferrocarril, del río, los estudiantes, mercado público, la calle 22, la 18, el barrio Bastidas, entre otros. La fruta cítrica que contiene muchos beneficios para la salud hoy es el sustento de centenares de venezolanos y colombianos que a través de la comercialización de esta fruta se ganan día a día para el sustento de sus familias.
Las esquinas y los semáforos son los escenarios elegidos por venezolanos como Karen Luco y Paul Enrique, unos de los tantos jóvenes venezolanos que llegan a nuestro país, con la esperanza de un mejor estilo de vida para ellos y su familia en debido a la fuerte crisis que azota a nuestro hermano país Venezuela.
Según el censo realizado a finales del mes de agosto se registró la entrada de aproximadamente 111.370 venezolanos a Colombia, la Región Caribe es uno de los lugares preferidos para buscar oportunidades de trabajo.
La crisis económica y política que viven nuestros hermanos en venezolanos es una de las principales causas de migración de jóvenes y profesionales que se han desplazado a nuestra ciudad como alternativa de trabajo y mejor futuro.
Caminando por la calle 18 entre la avenida de los estudiantes, se encuentran sentados Karen y Paul jóvenes con edades entre los 20 y 22 años, quienes todos los días desde las 4:00 de la mañana se levantan con el entusiasmo de salir a trabajar para poder ahorrar y enviar dinero a sus familiares. Me tomé la tarea de hablar con ellos y saber cómo es el día a día y que tan rentable es su trabajo y esto fue lo que me dijeron:
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