Ella es Lilian, una mujer de 81 años que en sus épocas de juventud abrió campo en su corazón a un francés adinerado que conoció en las fiestas de El Piñón (Magdalena). Con él, conoció las mieles de un amor que marcó el destino de su historia de vida.
Esta provinciana mujer, vive del rebusque vendiendo boletas de lotería, supo en sus años de juventud cautivar el corazón de aquel hombre, con él compartió momentos inolvidables, nunca dio importancia a los comentarios sin importarle los comentarios de la gente, que solo estaba con él por su dinero.
Pero su idilio de amor fue corto, ni siquiera alcanzó a saborear las riquezas del francés porque la muerte se lo arrebató una tarde de corridas de toro en su pueblo natal que se encontraba de fiestas.
Doña Lilian recuerda con nostalgia ese nefasto día: "Él cogió una mula prieta que tenía, muy contento cogió la bandera de Colombia y la amarró a la mula. En compañía de otros amigos se pusieron a correr caballos. La mula se cayó y el quedó en el piso con ella. Ante su estado delicado fue trasladado a su país. Nunca más volvió a verlo pues pasado un considerable tiempo le llegó la noticia de que había fallecido. Para llenar su soledad se dedicó a criar a nueve de sus sobrinos hasta su envejecer.
Con tenue sonrisa afirma que de su corazón jamás y nunca fue desbancando el francés, jamás volvió a enamorarse.
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