viernes, 15 de septiembre de 2017

La mamá de los gatos

Doris Balaguera, es una mujer de 52 años que dos veces al día alimenta a más de 58 gatos sin hogar en el Centro Histórico de Santa Marta. 
  
Por: Gennys Álvarez

Desde hace 4 años y 2 meses los gatos abandonados del Centro Histórico han encontrado una mano amiga que no solo les lleva comida sino también alguien que  los cuida. Para muchos esta es una noble labor pero para otros puede ser repudiada; a Doris no le importa lo que la gente piensa o le grita, ella es feliz dando comida en la mañana y en la noche, a los gatos del Parque y del Cementerio San Miguel, del parqueadero de carros de la calle 22 con carrera 8 y los que se reúnen a esperarla en las calles 16, 17 y 18. 

Con recursos propios y la ayuda de algunos vecinos Balaguera alimenta a los felinos con concentrado para gatos, caldo y leche. “Yo a veces pido la ayuda en comida y para protegerlo de cualquier virus que haya, pues  a mí me toca todo eso porque nadie voltea los ojos a estos lugares, me ven y nadie me ayuda” dijo la animalista. “La mamá de los gatos” asegura que su pasión por esta tarea se debe al contacto permanente que en infancia tuvo con animales domésticos en la finca de sus abuelos y aunque no cuente con el apoyo absoluto de su familia seguirá con esta obra: “Ellos de pronto lo que no les parce es que hayan personas que me insultan y me gritan. Algunos matan los animalitos y si yo sé reclamo, entonces mi familia dice que es peligroso. A veces me ven y no me dicen nada porque saben la labor que tengo y no pueden meterse porque es algo que me sale del corazón” señaló Doris.

El proceso del cuidado de animales no se resumen a la alimentación, sino que también es su salud; Balaguera cuando ve alguno de sus “hijos” enfermo los atiende y si la cuestión es más grave gestiona la cita con un veterinario: “yo miro qué tiene el animal, voy a un especialista, allá me dice cuál es el mal, o si no les tomo una foto y se la llevo y me dan una fórmula que me toca comprar a mí”. En el grupo de gatos muchos han estado a punto de morir y gracias a la pronta gestión de Doris se han podido restablecer, a quien le ha tocado costear hasta operaciones.

La cuidadora de gatos no es ayudada por ninguna fundación animalista ni mucho menos por un ente gubernamental y no por esto se desanima, porque aunque no esté apoyada por nadie más que unos vecinos, en el amanecer de cada día siempre habrá algo para brindarles. Doris Balaguera seguirá su labor hasta que las fuerzas físicas le den.    



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