lunes, 11 de septiembre de 2017

¡La tarea apenas comienza!

Los discursos del Papa Francisco en sus días de visita al país han hecho reflexionar a los colombianos sobre temas cruciales obre la realidad social. Narcotráfico, corrupción, guerra, reconciliación, corazones armados, división, avaricia, retos para superar en Colombia.

Por: Gennys Álvarez

Tras su paso por Colombia el romano pontífice en sus discursos y homilías no tuvo reparo en tocar muchas de las situaciones socio-políticas que abren más las brechas que separan a los colombianos. Francisco no escatimó esfuerzos para hacerle frente a la polarización del país por el tema de la paz, e invitó al perdón y a la reconciliación como caminos seguros para lograr la anhelante paz, que se escapa de cualquier firma o pacto, porque es más una disposición humana, y tarea a la que todos los hombres están llamados: “La búsqueda de la paz es un trabajo siempre abierto, una tarea que no da tregua y que exige el compromiso de todos” dijo el santo padre, quien aseguró que la sociedad debe estar prevenida de cualquier acto que pueda estropear la labor pacífica. “Que este esfuerzo nos haga huir de toda tentación de venganza y búsqueda de intereses solo particulares y a corto plazo". 

La familia y los pobres también estuvieron presente en sus discursos, desveló su sentido en la sociedad atendiendo que la primera es la base sobre la que se construye el tejido social: “La familia, soñada por Dios como el fruto del amor de los esposos, lugar donde se aprende a convivir en la diferencia y a pertenecer a otros”. Se refirió a los menos favorecidos  como quienes revelan el dolor y la angustia de muchos en la nación: “Mírenlos a los ojos y déjense interrogar en todo momento por sus rostros surcados de dolor y sus manos suplicantes”. Asimismo le abrió un campo a los jóvenes en su agenda en Bogotá y su exhortación fue clara: “¡No le teman al futuro! ¡Atrévanse a soñar a lo grande!”. “Mantengan viva la alegría… No se la dejen robar”. La invitación fue a vencer la mediocridad.

El papa centró su mirada en dos temas que indudablemente levantan ampollas al ser de mucha importancia por la sociedad, la corrupción y la relación de justicia y verdad  en la artesanía de la paz. “Hay densas tinieblas que amenazan y destruyen la vida: las tinieblas de la injusticia y de la inequidad social; las tinieblas corruptoras de los intereses personales o grupales, que consumen de manera egoísta y desaforada lo que está destinado para el bienestar de todos”, dijo su santidad Francisco rechazando cualquier atisbo de cualquier forma o manera de corrupción. También en el contexto de paz dijo: “Verdad es contar a las familias desgarradas por el dolor lo que ha ocurrido con sus parientes desaparecidos”. “Verdad es confesar qué pasó con los menores de edad reclutados por los actores violentos. Verdad es reconocer el dolor de las mujeres víctimas de violencia y de abusos”.

La reconciliación para Francisco debe llevar un ingrediente de verdad y una dosis de justicia, por eso en Villavicencio reconoció los esfuerzos de perdón de 800 víctimas que han pasado la página: “Ustedes llevan en su corazón y en su carne las huellas de la historia viva y reciente de su pueblo, marcada por eventos trágicos, pero también llena de gestos heroicos, de gran humanidad”.

El llamado al desprendimiento y desapego de los bienes materiales no se hizo esperar  en esta visita, a ejemplo de Jesús de Nazaret Francisco dijo a la Iglesia, tanto a sus pastores como a los fieles: “El diablo entra por el bolsillo… No se puede servir a Dios y al dinero”. Por otro lado condenó al narcotráfico y a cualquier manera de degradación de la dignidad del hombre: “Pienso en la prostitución que cada día cosechan víctimas inocentes, sobre todo entre los más jóvenes, robándoles el futuro; pienso en la abominable trata de seres humanos, en los delitos y abusos contra los menores”.

Su gira por el País reunió a millones de creyentes que han emprendido el reto de dar el primer paso por el bienestar social. Francisco se dirigió de Cartagena hacia Roma donde continúa su labor papal, pero antes de irse expresó: "Y quise venir hasta aquí para decirles que no están solos, que somos muchos los que queremos acompañarlos en este paso; este viaje quiere ser un aliciente para ustedes, un aporte que en algo allane el camino hacia la reconciliación y la paz".      


     

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